¿QUÉ SERÁ, SERÁ?
Antaño por la fiesta de Todos los Santos se
estrenaban los abrigos. Una razón para ello era el cambio del tiempo. Ese día
se notaba ya, se sigue notando y ¿se seguirá notando?, que el dulce amarillear
de las hojas deja paso a la fría, y esperemos que lluviosa, caída de las hojas.
No desesperen que aún se verá interrumpida por el veranillo de San Martín, el
próximo 11 de noviembre, fecha a partir de la cual las heladas eran ya,
¿seguirán siéndolo?, lo suficientemente fuertes como para permitir la matanza,
de ahí el dicho de que a todo cerdo le llega su San Martín.
Esa era una de las razones, la más práctica. La otra
era más espiritual. La fiesta que se celebraba, ¿que se celebra? El Día de
Todos los Santos era, es a pesar de todo y lo seguirá siendo, una solemnidad. Como
tal hay que honrarla también en la vida cotidiana. Hay que hacerlo en el
trabajo, en la comida y, por supuesto, en el vestido. De ahí el descanso
laboral, la cocina de especialidades del tiempo y el estreno del abrigo.
Todos los Santos es la festividad que se recuerda a
todos aquellos que han llegado al cielo y se expresa el deseo y la petición de
que lo alcancen los demás fallecidos ( al día siguiente, el 2 de noviembre, se
celebra el Día de los Difuntos ) y también los vivos cuando nos toque rendir
cuentas. Es, así mismo, la vivencia de la comunión entre los hombres
celestiales y los hombres terrestres, donde unos oran por otros.
Eso era hasta hace unos años. ¿Lo es ahora? ¿Lo
seguirá siendo en el futuro? Últimamente soy pesimista con la superviviencia de
nuestras costumbres aunque no con la de nuestras creencias. Me imagino que la
calabaza se acabará imponiendo a los huesos de santos, pero no los caramelos a
los buñuelos de nata, de crema o de trufa.
Quizás sincreticemos unas costumbres y otras y lo
que hagamos sea aprovechar que tenemos que vaciar las calabazas para hacer
cabello de ángel. Es posible. Pero de lo que sí estoy seguro es que para
enfrentarnos a la muerte seguirá siendo más consolador el cielo del Día de
Todos los Santos que las tinieblas de la noche de Halloween.
(artículo 6 noviembre en "El Día de Valladolid")
No hay comentarios:
Publicar un comentario