DE JUSTICIA
Es preocupante que hasta que no hay desgracias y
muertes no reaccionemos ante un problema. Lo digo por los casos de suicidio por
desahucio. Y digo preocupante porque indica el grado de insensibilidad de la
sociedad que se expresa en su clase política. Nos falta más reflexión y menos
acción, más vida espiritual y menos material.
Me dirán que lo que hace falta es actuar y adoptar medidas concretas. No se lo niego.
Pero no se puede hacer a impulsos ni a ciegas, movidos por un arrebato, por el
sentimentalismo, la ira o el sentido de
culpa. Hay que tener claro qué mundo queremos, no sea que el remedio sea peor
que la enfermedad.
Evidentemente no se puede perder el tiempo, por eso
hay que aprovechar todas las reflexiones previas. Hay muchas y de todos los
colores. El mío ya lo conocen. Lean la encíclica “Caritas in Veritate” de
Benedicto XVI. Les dejo unos párrafos:
“Si hay confianza recíproca y generalizada, el mercado es la institución económica
que permite el encuentro entre las personas, como agentes económicos que
utilizan el contrato como norma de sus relaciones y que intercambian bienes y
servicios para satisfacer sus necesidades y deseos. El mercado está sujeto a
los principios de la llamada justicia
conmutativa, que regula la relación entre dar y recibir entre iguales.
Pero la doctrina social de la Iglesia no ha dejado
nunca de subrayar la importancia de la justicia
distributiva y de la justicia
social para la economía de mercado, no sólo porque está dentro de un
contexto social y político más amplio, sino también por la trama de relaciones
en que se desenvuelve.
En efecto, si el mercado se rige únicamente por el
principio de la equivalencia del valor de los bienes que se intercambian, no
llega a producir la cohesión social que necesita para su buen funcionamiento. Sin formas internas de solidaridad y de
confianza recíproca, el mercado no puede cumplir plenamente su propia función
económica. Hoy esta confianza ha fallado, y esta pérdida de confianza es
algo realmente grave.”
(artículo 13 de noviembre en "El Día de Valladolid")