Era lo que más deseaban pero el tiempo no
acompañaba. Era un comienzo de verano poco veraniego. Tormentas continuas y
temperaturas agradables pero frescas para la estación. Además estaba ese viento
que dejaba una auténtica sensación de frío y hacía de bañarse en la piscina más
un deseo que otra cosa. A pesar de ello se metían en el agua en cuanto podían.
Y hubo hasta un día de esas primeras semanas de ese verano, que iba a resultar
inolvidable, que pudieron estar horas pasadas por agua.
Precisamente ese fue el día en el que los
acontecimientos dieron un giro inesperado. Bueno, realmente la vida está llena
de ellos pero no les prestamos atención, sobre todo los mayores, para quienes
lo extraordinario no puede tener cabida en su vida organizada y perfecta. Tan
organizada a su gusto y conveniencia ha de estar que también quieren quitar a
los niños tiempo a sus vacaciones, los días en los que todo puede suceder y
donde hay que tomar decisiones que formar el carácter. Menos mal que están los
abuelos, a los que hay que estar siempre agradecidos. Sin ellos, el mundo sería
mucho peor de lo que ya es. Hay hasta quien dice que la humanidad está
cimentada en la atención y sabiduría de los abuelos y que el día que se pierda
será el fin de los hombres.
A lo que íbamos. Ese día de un poco más de calor
Laura y Lucía, dos hermanas a las que se conocía como la doble ele,
aprovecharon para desquitarse. Se pasaron la tarde a remojo. Cuando por fin
salieron del agua y se acercaron a sus toallas para secarse con el último sol
del día, las sombras les sorprendieron. Algo se movía en ellas, como
ocultándose. De repente salió a la luz pero su sombra se proyectaba al lado
contrario, se acercaba al sol en lugar de alejarse. Laura y Lucía se miraron
sorprendidas y aguzaron su vista. Era como una presencia transparente pero a la
que la luz no traspasa del todo porque tenía sombra.
De repente, esa presencia se solidificó. Las dos
hermanas estaban tan sorprendidas que apenas hubieran sabido cómo describir al
ser que estaba ante ellas. Y menos después de escucharle: “¡Ayuda! … me
persiguen ¡Ayuda! ¡Hay que salvar la creación!
Continuará...(Publicado en El día de Valladolid el 8 de julio de 2014)
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