domingo, 20 de enero de 2013


PROPÓSITOS DE VIDA NUEVA

Aunque sea unos días más tarde de lo habitual les quería hablar de los propósitos de año nuevo. Esta vez me ha pillado pensando en otras cosas y disfrutando de mi paternidad, tanto de la recién nacida como de sus dos hermanas mayores, así que hasta que no me he asentado un poco, que no del todo, no me he dado cuenta de que año nuevo, vida nueva.
En mi casa lo será de todas todas, pues tenemos que adaptar nuestras rutinas a la presencia de  Carolina, a sus necesidades y a sus tiempos. Por eso será una buena ocasión, ya que hay que cambiar hábitos, para aprovechar a poner en práctica los propósitos de año nuevo, que muchos ya son viejos como uno mismo.
Ante todo tenemos que ser humildes y estar predispuestos a renunciar a costumbres y apetencias que ahora están fuera de lugar. Hemos de organizarnos en función del ritmo de tomas de la pequeña y de su crianza, por lo que hay proyectos y actividades que ya podíamos poner en práctica con la edad de mis dos hijas mayores que habrá que reconfigurar o que tendrán que esperar para acometerlos.
Hemos de encontrar el equilibrio entre las necesidades de unas y otras, y eso pasa necesariamente por aceptar renuncias. Pero eso no significa perder la felicidad pues se trata de asumir la nueva realidad y disfrutarla al máximo, de otra manera como antaño que da como resultado una felicidad, estoy convencido de ello, aún mayor.
Personalmente es una excelente ocasión para la revisión, para examinar actitudes y aptitudes y mejorarlas. Las primeras son las físicas, que son los clásicos propósitos de año nuevo: tener una vida más sana y ordenada. Es un gran fundamento para el cambio más importante: una nueva vida. Para mí eso significa trabajar en las virtudes cardinales y teologales junto a las obras de misericordia, corporales y espirituales. Así tengo que practicar la justicia, la templanza, la prudencia y la fortaleza para visitar al enfermo, dar de comer al hambriento, buen consejo o enseñar al que no sabe, por ejemplo.     

( artículo 15 de enero de 2013, en "El Día de Valladolid")

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