Hacía mucho tiempo, años me parece, que no escuchaba
el disco “Live”, de Vanessa Paradise. La
verdad es que he pasado un buen rato. Bueno, lo estoy pasando pues sigo
escuchándolo mientras escribo estas líneas, que nacen de esas notas y melodías
acrisoladas en los recuerdos, alambicadas en el paso del tiempo y reactivadas ahora
en los sonidos y ruidos de una vieja cassette.
Esa destilación me ha dejado el regusto de buenos y
malos momentos de hace muchos años, de agradecimientos a Pedro, compañero de
piso durante la universidad, que me la dio a conocer y me facilitó la grabación
(y otras muchas muy queridas), de otoños como éste que acaba de comenzar, ahora
sí después de las lluvias y el viento de este fin de semana, que eran inicios
de cursos nuevos, de mundos por descubrir, de deseos por conquistar y de
felicidad por disfrutar.
Esta nostalgia de tiempos pasados no significa que
quiera volver a ellos. No soy de los que piensan que son mejores porque todos
tienen su aquel e inevitablemente, al menos si no entramos en el mundo
cuántico, todo presente y futuro se
convierte en pasado. Todos, difíciles y fáciles, alegres y tristes, dolorosos y
gozosos, nos han hecho como somos y lo importante es que sean cimientos sólidos
sobre los que construir la vida futura, la terrenal y mortal y la eterna y,
espero, celestial. Aunque reconozco que grietas existen y confío que no sean
tan graves que la misericordia divina no las pueda arreglar.
Estas viejas
cassettes hacen honor a su nombre. Verdaderamente son cajitas ( es lo que
significa en francés) que en sus cachitos de hierro y cromo guardan junto a su
música una cara B de experiencias y emociones, de vivencias que se resucitan
con el play pero que se rebobinan y avanzan a su antojo.
Y cada vez que hablo de cassettes, me acuerdo de una
ya perdida, una con canciones del grupo
belga “Vaya con Dios”. Está, para mí,
indefectiblemente vinculada a la lectura de “El Señor de los Anillos”. Quizás
lo vuelva a releer para recordar esa
vieja cajita desaparecida.
(artículo del 6 de octubre de 2015, publicado en "El Día de Valladolid")
(artículo del 6 de octubre de 2015, publicado en "El Día de Valladolid")
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